Page 224 - DOCENCIA E INVESTIGACIÓN, MECANISMOS DE REFLEXIÓN Y CAMBIO EN LATINOAMÉRICA
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y en el mismo año se inaugura en la Ciudad de México la Escuela Normal para Profe-
sores, sumando así para 1900, cuarenta y cinco escuelas (p. 3). El tiempo transcurrió y
con cada año se dejó ver la necesidad de contar con docentes mejor preparados y con
niveles de estudios que permitieran considerarlo un profesional de la enseñanza. Desde
1984, las normales egresan a sus estudiantes con el nivel de estudios de licenciatura,
después de acreditar ocho semestres de formación. Con este plan, también, se introdu-
jo como antecedente la obligación de contar con estudios de bachillerato o equivalente.
En 1997, después de una etapa conflictiva para el normalismo, donde por fin se reconoció las deficien-
cias del plan anterior, se promulga el denominado Plan 97, el cual contemplaba dos momentos de ope-
ración: en el primer año se pondría en marcha en la formación de maestros de primaria y para el curso
escolar siguiente se normalizaría en los siguientes niveles educativos. Las características principales de
este plan eran la “reducción de materias, disminuyendo los contenidos teóricos y de investigación, y
Docencia e investigación, mecanismos de reflexión y cambio en Latinoamérica
centrando el interés en la práctica docente y la formación del mismo” (IEESA, 2012, p. 28)
En 2012, sin embargo, se decreta la vigencia de un nuevo plan de estudios, el cual, actualmente,
continúa en su camino de sustituir al que por 17 años había contribuido a la generación de maes-
tros mexicanos. En el presente documento se resalta uno de los grandes atributos que manifestó
el Plan 1997 de la Licenciatura en Educación Primaria: la formación en la práctica docente.
Antes de continuar hacia esa meta, vale la pena un par de aclaraciones. Con relación al término
formación¸ Gorodokin (2006) expresa lo siguiente: Implica una acción profunda ejercida sobre el
sujeto, tendiente a la transformación de todo su ser, que apunta simultáneamente sobre el saber-
hacer, el saber-obrar y el saber-pensar, ocupando una posición intermedia entre educación e ins-
trucción. Concierne a la relación del saber con la práctica y toma en cuenta la transformación de las
representaciones e identificaciones en el sujeto que se forma en los planos cognoscitivos, afectivos
y sociales orientando el proceso mediante una lógica de estructuración, no de acumulación (p. 2).
El Plan 2012 no pretende que un docente repita de memoria los contenidos de enseñanza; por lo
contrario, persigue que el estudiante esté continuamente en un proceso de reflexión para la acción,
reflexión durante la acción docente y reflexión sobre su desempeño docente. De tal modo que
“configura al futuro formador en una praxis continua y concreta que explora, modifica y adecua a
los problemas, y que a su vez problematiza las situaciones que se generan” (Gorodokin, 2006, p. 4).
LA IMPORTANCIA DE LA PRÁCTICA
EN LA FORMACIÓN NORMALISTA
El proceso de formación de un estudiante normalista en la práctica real no inicia propiamente en
la escuela primaria, sino en la escuela normal, debido a que es ahí cuando se le habilita para rea-
lizarla. El aprendizaje de técnicas de observación participante y no participante es de fundamental
importancia para la comprensión del fenómeno educativo. Inclusive existe un recurso denominado
diario del profesor, donde se registra de forma sistemática todo lo observado. El hecho de que el
estudiante conozca instrumentos de recopilación de información como listas de cotejo o escalas
estimativas permiten una mayor economía en esta tarea.
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