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REDES 02






               Los factores que influyen en la motivación de un adolescente para que participe en situaciones de
               intimidación cibernética están relacionados con los valores individuales y sociales. Es por ello por
               lo que se deben estudiar las sondas de la emoción. Se puede trabajar con los jóvenes a partir de
               los procesos de la reflexión, de metacognición y del lenguaje para que ellos entiendan las con-
               secuencias de sus acciones relacionados con la interacción en línea cuando provocan actos de
               intimidación (Bowler et al., 2015).

               La intimidación tiene lugar cuando el alumno se ve afectado por un estudiante o un grupo de estu-
               diantes. Las agresiones pueden ser físicas o psicológicas. En el acoso tradicional se tienen actos
               de abuso verbal, insultos, chantaje y burlas, pero se suelen detener cuando se sale del campo en
               donde se desarrollan; en cambio, mientras exista un dispositivo conectado a internet, a la ciber-
               violencia no hay forma de detenerla. Los resultados a la exposición de este tipo de violencia son
               exponenciales. Por lo que es necesario identificar la prevalencia de las diversas manifestaciones
          Docencia e investigación, mecanismos de reflexión y cambio en Latinoamérica
               relacionadas con la intimidación electrónica, es decir, se tiene que aprender a dar lectura a las se-
               ñales de advertencia para así intentar detener las agresiones (Moore, Huebner y Hills, 2012).

               Se ha enfatizado que la incapacidad de regular las emociones conlleva a que aparezcan conductas
               que reflejan una falta de adaptación. Esas situaciones son generadores de ira, por lo que es nece-
               sario poder identificar aquellos casos en donde los jóvenes no son capaces de manejar la ira y la
               forma en cómo esta actúa en los procesos generadores de ciberviolencia.

               La intimidación cibernética es uno de los temas relacionados con la violencia que está presente en
               los centros escolares y se sabe que las consecuencias ya se asemejan a las del acoso tradicional.
               Lo que llevó a profundizar al estudio del ciberacoso fueron el número de casos de jóvenes y adul-
               tos que han sufrido episodios de acoso en las redes sociales. Asimismo, a causa de lo anterior, se
               ha trabajado en políticas y estrategias orientadas el desarrollo de políticas que se puedan aplicar
               cuando aparece el fenómeno del ciberacoso (Bertolotti y Magnani, 2013).


               LOS JÓVENES Y LA CIBERVIOLENCIA
               internet es una de las herramientas de interacción más usadas entre los jóvenes. Y su uso puede
               ser positivo o negativo, por lo que se enfatiza que se deben de explorar todos aquellos comporta-
               mientos considerados de riesgo (Catherine y Michael, 2016; Hinduja y Patchin, 2013). Los jóvenes
               hoy en día tienen a su alcance una gran variedad de tecnologías de la información y comunicación
               que les permite mantener una interacción permanente con sus pares y demás seres humanos que
               rodean su contexto. Sin embargo, esa misma gran gama de opciones también ha provocado la
               generación de diversas conductas, entre ellas, la agresión cibernética. Esas conductas usan como
               vehículo las redes sociales, el correo electrónico, el chat, los mensajes de texto, las consolas de
               juegos, el pirateo de cuentas y la sustitución de identidad (Wright, 2015).

               Los sitios de redes sociales poseen amplias herramientas de comunicación entre jóvenes. No obs-
               tante, los jóvenes que están inmersos en estos canales comunicativos, además de ser benefactores
               de estas herramientas, también están más propensos a sufrir de intimidación y son más susceptibles
               a convertirse en víctimas de rumores. La realidad es que el acoso por internet se ha convertido un
               problema de salud pública (Vanderhoven, Schellens y Valcke, 2016; Sánchez et al., 2016).



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