Page 188 - DOCENCIA E INVESTIGACIÓN, MECANISMOS DE REFLEXIÓN Y CAMBIO EN LATINOAMÉRICA
P. 188

REDES 02






               En 2013, la Organización de la Naciones Unidas (ONU, 2013) habló de la importancia del apoyo en
               la educación en el área de la ciencia y la tecnología. Dicha iniciativa se reflejó en el Consejo Nacio-
               nal de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico llevado a cabo
               en abril de 2014 en la Cuidad de México. Ahí se comunicó que uno de los pilares del desarrollo en
               México es la educación en tecnología, porque en él se identificaba al problema más importante que
               requiere ser atendido para alcanzar un mejor bienestar social en el país. La presente información
               es dirigida a legisladores y gobernantes para que actualicen políticas y programas educativos que
               estén encaminadas al desarrollo tecnológico, subrayando que la educación en tecnología es el eje
               de la competitividad mundial (Foro Consultivo Científico y Tecnológico, 2014).

               La realización del TI que tuvo lugar en 2012 con alumnas de secundaria, fue debido a que se tiene
               conocimiento de que las mujeres han realizado un esfuerzo para sobresalir en el área científica
               durante varios siglos. En la antigüedad, se atribuían los trabajos a científicos (varones) asignándo-
          Docencia e investigación, mecanismos de reflexión y cambio en Latinoamérica
               les a ellas el papel de asistentes. Incluso, en muchos casos, la existencia de las científicas ha sido
               negada por los historiadores (Espasandín, 2013).

               El movimiento de equidad de género que se gestó con más fuerza en el siglo pasado le ha otor-
               gado a las mujeres altos niveles de empuje y empeño, logrando que se mostraran como líderes
               de equipos de investigación durante décadas, brindándole, asimismo, frutos a la humanidad en
               diversas áreas importantes de la ciencia para el desarrollo de su época (León, 2010).

               En otros estudios se ha mencionado el descubrimiento que fue realizado por Louann Brizendine
               en 2006, quien descubrió que las mujeres son más capaces que los hombres en el aprendizaje
               de la tecnología, porque poseen 11 % más de neuronas en las zonas del cerebro dedicadas a la
               memoria, lenguaje y seguimiento de secuencias lógicas.

               A pesar de la historia de segregación de la mujer en el campo de la ciencia, actualmente desta-
               can en el mundo de la tecnología Ann Livermore, Carol Bartz, Katie Cotton, Marissa Mayer, Meg
               Whitman, Mitchell Baker, Safra A. Catz, Susa Wojcicki, Ursula Burnsmy y Virginia Rometty, quienes
               fungen como líderes de equipos de trabajo en importantes firmas como Apple, Yahoo!, Google, HP,
               Xerox, IBM, Oracle y Mozilla.

               Según los estudios que ha realizado Adela Muñoz Páez, catedrática de Química Inorgánica en la
               Universidad de Sevilla, existen varios aspectos en los que la mujer científica se ve en desigualdad
               como evaluador: 1) proyectos científicos, becas o plazas, existiendo 48 % menos de posibilidades
               de las que tienen los hombres, según reportes de las universidades españolas; y, 2) publicaciones
               en las revistas científicas. Según la Unión Estadounidense de Geofísica (AGU) entre 2012 y 2015 re-
               veló que solo 20% de los expertos que revisaron artículos eran mujeres, por debajo del porcentaje
               de expertas que integran dicha sociedad (28 %) (El comercio, 9 de febrero del 2017).

               El estudio realizado por Berry en 2011 comprueba que las mujeres experimentan una barrera invi-
               sible para un ascenso laboral, lo que las pone en desventaja a lado de los hombres; solo 26 % de
               ellas habían alcanzado los niveles gerenciales o directivos (Davies, 2012)





       188
   183   184   185   186   187   188   189   190   191   192   193