Page 102 - DOCENCIA E INVESTIGACIÓN, MECANISMOS DE REFLEXIÓN Y CAMBIO EN LATINOAMÉRICA
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• Al excluir a los pobres de la educación, estos cuentan con grandes tiempos de ocio, por lo que,
considerando al ocio como un elemento generador de vicio y la holgazanería, se incrementa el
estado de pobreza.
• La autonomía económica siempre se debe asociar a una pronta identificación de una vocación
(Candia et al., 2017) debido a que la sociedad, al ser una comunidad sectorizada por las clases
sociales, a saber, pobres-no pobres y no ricos-ricos, es capaz de condicionar el actuar de los
individuos de manera virtuosa o viciosa.
• Al transformar a todos los hombres en virtuosos, por consiguiente, la pobreza tiende a la reduc-
ción de manera significativa, evitando mantener el actual lastre que representa para el Gobierno y
gestar un desarrollo endógeno sostenible.
• Anteriormente, Vasconcelos y Bodet (Candia, 2007) han configurado las escuelas de artes y ofi-
cios como propicias para la autonomía y soberanía nacionales. Asimismo, esta cualidad ya an-
teriormente había sido propuesta por Locke, todo lo cual permite confirmar como pertinente la
Docencia e investigación, mecanismos de reflexión y cambio en Latinoamérica
existencia de sistemas educativos diferenciados por regiones.
• Una cualidad de los buenos gobiernos y de los buenos políticos es la virtud para actuar con bene-
volencia en su forma de ser y estar alejados de la corrupción, partícipes de todas las actividades
en las cuales el pueblo y el Gobierno deben estar en comunión, para que la obediencia hacia la ley
permita gozar a todos los individuos (pobres y ricos) de las garantías que promueven.
Este trabajo considera que contar con la libertad para priorizar el desarrollo sustentable por regio-
nes es la clave del éxito para disminuir la pobreza, pues promueve de manera explícita la autosu-
ficiencia, la cual ha sido definida como un fin y lo mejor (Gómez, 2001) que permite configurar la
legislación de un buen Gobierno.
Una ciudad es buena cuando los ciudadanos que participan en su gobierno son bue-
nos. Y, para nosotros todos los ciudadanos que participan del gobierno. (…) La ley,
para ser buena, tiene que garantizar la vida virtuosa y crear las condiciones, tanto
personales como sociales, que faciliten su práctica…Por eso el legislador debe apro-
vechar la ascendencia de que gozan las leyes en la ciudad, pues los hombres las obe-
decen sin ofrecer resistencia y se ven más obligados ante ellas que ante sus propios
padres (Gómez, 2001, p. 26).
Las políticas públicas deben priorizar la atención tanto para pobres como para ricos (mediante la par-
ticipación social regional o local), no solo procurar mediante macroprogramas sociales satisfacer las
necesidades biológicas y de sobrevivencia de los pobres o la exención de impuestos para los ricos.
En primer lugar, debe haber el alimento; después, oficios (pues la vida necesita mu-
chos instrumentos); en tercer lugar, armas (…). Además, cierta abundancia de recur-
sos, para tener con qué cubrir las necesidades propias y las de la guerra; en quinto
lugar, pero el primero en importancia, el cuidado de lo divino, que llaman culto; en
sexto lugar y el más necesario de todos, un órgano que juzgue sobre lo conveniente y
justo entre unos y otros (Gómez, 2001, p. 27).
Sin embargo, la solución no solo es promover la virtud de todas las personas que se encuentran
bajo un buen Gobierno, puesto que a mayor virtud mayor insatisfacción y mayor necesidad de re-
conocimiento, lo cual expone un sentimiento de dominio de uno sobre los demás (Gómez, 2001).
Por lo tanto, debe prevaler en cualquier propuesta de consulta pública el sentimiento de libertad
para vivir con dignidad y democracia extensivo a todos los seres humanos.
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