Page 86 - DOCENCIA E INVESTIGACIÓN, MECANISMOS DE REFLEXIÓN Y CAMBIO EN LATINOAMÉRICA
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Una vez que los recursos son analizados para su uso en la clase de lengua, es importante crear los
materiales que puedan ser atractivos y motivadores para los estudiantes. En este aspecto, Barbot
(2001) señala que es importante que, en cuanto a la organización de recursos materiales con los
que el estudiante tendrá contacto, estos deben ser atrayentes y gustar. No hay que olvidar que
uno de los desafíos del profesor será actualizar y renovar los materiales cada vez que sea nece-
sario. Asimismo, es necesario proponer material autosuficiente, es decir, que su presentación sea
comprensible, que las actividades propuestas contengan su objetivo o que remitan a consultar
otros materiales. El mismo autor explica (como se cita en Landa, 2011) que el hecho de proponer
una ficha pedagógica de algún material tiene como objetivo guiar al estudiante. También se puede
proporcionar una guía para “aprender a aprender”, como, por ejemplo, tests —cuestionarios para
favorecer una reflexión sobre las diferentes fases del aprendizaje—.
Es necesario reconocer que la autonomía no es un objetivo hecho que se puede encontrar en
Docencia e investigación, mecanismos de reflexión y cambio en Latinoamérica
cualquier lugar, y que sería posible transmitir inmediatamente como si se tratara de una técnica o
de una herencia (André, 1989). La autonomía es algo hacia lo que se pretende llegar o alcanzar, es
decir, se construye, se moldea y se desarrolla poco a poco.
Los profesores de lenguas deben de tener en cuenta que la autonomía requiere de una doble
función. Se busca, por un lado, desarrollar una capacidad de iniciativa en el aprendiente, con aras
de alcanzar la autonomía, y, para lograrlo, se requiere entonces de la utilización de mecanismos
que permitan alcanzar dichos objetivos. Por otra parte, para lograr desarrollar esta capacidad o
competencia autónoma de la que se habla, el aprendiente deberá involucrarse en un proceso de
autoaprendizaje que le permitirá conocerse a sí mismo, sus estrategias, responsabilizarlo con su
aprendizaje y enseñarlo a aprender. De esta manera, al estar inmerso en un autoaprendizaje, podrá
entonces desarrollar poco a poco un proceso de autonomización que emergerá durante dicho au-
toaprendizaje (Barbot, 2001). Así, la autonomía se puede concebir como un objetivo que se desea
alcanzar en los aprendientes a través de diferentes estrategias y apoyos didácticos y tecnológicos.
En este sentido, el rol de los docentes como mediadores del conocimiento, tendrá que tomar en
cuenta las necesidades e intereses de los estudiantes, de tal modo que la utilización e integración
de materiales didácticos (herramientas digitales) permitan poner en práctica diferentes saberes, es-
trategias y competencias lingüísticas y no lingüísticas, y, al mismo tiempo, ser capaces de motivar
a través del uso de estos recursos que se encuentran disponibles por medio de la web.
Así pues, si se encamina el uso de las nuevas tecnologías acompañadas del uso de Web 3.0 como
medio de distribución de contenido —acompañado de la orientación presencial del profesor en el
salón de clase y virtual, en este caso por medio de Edmodo—, será posible facilitar de diferentes
maneras el acceso a la información y conocimiento a los estudiantes, rompiendo la barrera espa-
cio-temporal y fomentando, de este modo, un acompañamiento muy estrecho entre el alumnado y
el profesor. El estudiante que se conduce solo se encuentra con serias dificultades; cuando tiene
a un profesor dispuesto a apoyarlo se siente realmente seguro (Martínez, 2015, p. 69). Al mismo
tiempo se aprovecha la competencia digital y tecnológica de los estudiantes y se verán motivados
para responsabilizarse de su proceso de aprendizaje.
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