Page 143 - EL PENSAMIENTO DEL PROFESOR-INVESTIGADOR. VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA
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En el sexismo benevolente, mientras tanto, se tiene la creencia de que las mujeres son el sexo
                  más justo y que además requieren protección. Por último, el sexismo ambivalente no solo tien-
                  de a justificar las conductas agresivas hacia las mujeres, sino que además reconoce los com-
                  portamientos paternalistas controladores justificando que las mujeres necesitan protección.

                  El acoso es una experiencia de intimidación que puede llegar al ataque físico o la agresión.
                  Sin embargo, también se deben considerar aquellos actos en lo que un extraño intenta entro-
                  meterse de alguna forma aprovechando el espacio público, poniendo en riesgo la estabilidad
                  emocional y mental de la víctima. Siguiendo a Vera-Gray (2016), las mujeres y los hombres
                  experimenten de forma distinta los eventos de acoso en la calle, por lo que es interesante
                  identificar ambos discursos para saber cómo lo viven ambas poblaciones.
                  La violencia contra las mujeres en espacios públicos, tal y como el acoso sexual, es algo que
                  atenta y ofende gravemente a las mujeres. Cabe señalar que dicho concepto en sus comien-
                  zos estaba delimitado al lugar de trabajo, sin embargo, en la actualidad, requieren ser consi-
                  derados y sumados otros espacios de la esfera pública (Chafai, 2017). Por ejemplo, el acoso
                  sexual en el transporte público es un problema que está creciendo. Aunque, de nueva cuenta,
                  un obstáculo que se interpone en el objetivo de entender y comprender aún más este fenóme-
                  no es la escasa denuncia por parte de las víctimas, pues se requieren datos y estadísticas de
                  la delincuencia (Gardner y Coiacetto, 2017).

                  El acoso sexual incluye actos como el recibir correos electrónicos, llamadas o textos inapro-
                  piados; haber recibido comentarios sexuales e invitaciones sexuales no deseados (Mellgren,
                  Andersson y Ivert, 2018). En esa misma tónica, Adur y Jha (2018) mencionan que el acoso
                  pueden ser comentarios, chistes sexuales, silbidos, gestos obscenos, tocamientos, palpar se-
           EL PENSAMIENTO DEL PROFESOR-INVESTIGADOR.
                  nos o glúteos. Lahsaeizadeh y Yousefinejad (2012), aunado a lo anterior, señalan que el acoso
                  sexual en lugares públicos es una forma de discriminación sexual; especifican que ese tipo
                  de violencia incluye comportamientos verbales y no verbales, silbidos, guiños, abucheos y
                  comentarios callejeros, y encuentran que el ser víctima de acoso sexual está relacionado con
                  la presencia en lugares públicos, aceptar las reglas de género, la educación de la madre, la
                  forma de vestir y el maquillaje de las mujeres. Por último, Farmer y Smock (2017) indican que
                  el acoso sexual implica que los extraños empleen señales verbales o no verbales buscando
                  posible atención sexual no deseada; y que algunas respuestas ante este tipo de actos es ig-
                  norar o evitar al que llama y en ocasiones dar una respuesta verbal.

           VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA
                  Este tipo de trato hostil que se produce en las calles, callejones, parques, cines, teatros y
                  restaurantes es también conocido como acoso sexual en lugares públicos, acoso callejero,
                  acoso público, acoso por extraños, es decir, el acosador es un extraño (Lahsaeizadeh y You-
                  sefinejad, 2012). Estas acciones tiene tres características importantes. La primera es que el
                  acoso de un extraño se da un lugar público. La segunda, la naturaleza de la relación entre la
                  víctima es nula, es decir, no tiene vínculos previos. La tercera es que el acoso sexual engloba
           Y LA PRÁCTICA
                  cualquier tipo de experiencia sexual, por lo que se integran comportamientos físicos y ver-
                  bales (McCarty, Lannone y Kelly, 2014). El acoso sexual por un extraño emplea la objetivación
                  sexual: las mujeres son tratadas como objetos que pueden ser vistos y tocados; además, la
                  atención sexual no deseada está siempre presente. Existen investigaciones que evidencian
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