Page 228 - EL PENSAMIENTO DEL PROFESOR-INVESTIGADOR. VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA
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una empresa para reconocer el valor de la nueva información externa, adquirirla, asimilarla y
                  aplicarla con fines comerciales” (Cohen y Levinthal, 1990, p. 128), es decir, para diseñar y crear
                  nuevos productos o servicios para sus clientes.

                  Esta tarea, lógicamente, es muy compleja, porque se debe basar en una serie de etapas bien
                  definidas internamente para lograr que el nuevo conocimiento no solo pueda ser absorbido de
                  forma adecuada, sino también para que pueda ser vinculado con el existente (Lenox y King,
                  2004).
                  Originalmente, la capacidad de absorción comprendía tres etapas: en primer lugar, adquisi-     Y LA PRÁCTICA
                  ción, entendida como la capacidad de una organización para identificar y capturar el conoci-
                  miento generado de manera externa (Zahra y George, 2002), lo cual resulta indispensable para
                  generar buenas relaciones con los proveedores, clientes y otros actores que permitan alcanzar
                  los fines trazados (Cohen y Levinthal, 1990).

                  En segundo lugar, la asimilación consiste en una serie de rutinas y procesos que le sirven a una
                  empresa para analizar, externalizar e interpretar la información obtenida de las fuentes externas
                  (Kim, 1997; Raymond, Bergeron, Croteau y St Pierre, 2015). Este es un proceso mediante el      VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA
                  cual la empresa desecha la información que no le resulta útil para sus propósitos y, en su lugar,
                  adapta el conocimiento relevante y lo integra a la organización por medio de los mecanismos
                  e instrumentos con que cuenta. Lógicamente, las empresas pueden asimilar nuevo conoci-
                  miento de manera eficiente si poseen altos niveles de capacidad de absorción (Chen, 2004).

                  Por último, la etapa denominada explotación se basa en rutinas que permiten a la empresa
                  redefinir, ampliar y aprovechar las competencias existentes o crear nuevas por medio del co-
                  nocimiento generado en sus operaciones, el cual utilizan con fines comerciales (Garzón, 2015;
                  Zahra y George, 2002). Al respecto, vale acotar que una empresa solo puede explotar su
                  conocimiento cuando ya ha desarrollado un nuevo producto o servicio y cuando ha logrado
                  entender el comportamiento del mercado, de la industria y de las nuevas tendencias. Aunado
                  a esto, se debe mencionar que la empresa es la que determina cuáles nuevos conocimientos
                  deben ser absorbidos (Lenox y King, 2004), asimilados y explotados, aunque esto no siempre
                  sucede, pues algunas empresas no logran introducir ese conocimiento en sus procesos y          EL PENSAMIENTO DEL PROFESOR-INVESTIGADOR.
                  rutinas.
                  A las tres etapas mencionadas luego se agregó una cuarta que recibió el nombre de transfor-
                  mación; esta se asocia con la capacidad de una empresa para desarrollar aquellas actividades
                  que facilitan la integración entre el nuevo conocimiento y el existente (Raymond et al., 2015;
                  Zahra y George, 2002). Es decir, el conocimiento ya asimilado se procesa para adaptarlo a la
                  cultura organizacional, a los procesos productivos y a los objetivos de la organización, con lo
                  cual se crea uno nuevo que puede ser utilizado para explotarlo posteriormente.

                  Por otra parte, Fransen y Helmsing (2017) mencionan que uno de los propósitos del desarrollo
                  de la capacidad de absorción consiste en que las empresas deben explotar el conocimiento
                  transformado para vender productos innovadores en nichos de mercado a precios competi-
                  tivos, con lo cual se consiguen importantes ventajas competitivas (Kostopoulos et al., 2011).
                  Asimismo, la evidencia ha demostrado que empresas con fuertes capacidades de absorción
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