Page 176 - EL PENSAMIENTO DEL PROFESOR-INVESTIGADOR. VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA
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Desarrollo social

                  Este se vincula con la reducción o eliminación de los comportamientos inadecuados, los cua-
                  les deben ser sustituidos por un conjunto de “hábitos adaptativos” que permitan su plena
                  integración social (Gálvez, 2009).
                  Aunado a lo anterior, se debe considerar que el perfil ideal de un tutor de posgrado también se
                                                                                                                 Y LA PRÁCTICA
                  tiene que ajustar a las exigencias de cada programa académico, como se explica en seguida:




                  maestría

                             •  Poseer el grado de maestría o doctorado.
                                                                                                                 VÍNCULO ENTRE LA TEORÍA
                             •  Estar dedicado a actividades académicas o profesionales relacionadas
                             con la disciplina de la maestría en la cual participa.


                             •  Tener una producción académica o profesional reciente y de alta calidad.




                  Doctorado
                             •  Poseer el grado de doctor.


                             •  Estar dedicado a la docencia y a la investigación conjuntamente para la
                             formación de recursos humanos.

                             •  Tener una producción académica o profesional reciente y de alta calidad.






                  reflexIONeS fINAleS                                                                            EL PENSAMIENTO DEL PROFESOR-INVESTIGADOR.





                  A lo largo de la historia, los procesos de formación han demostrado la relevancia de contar con
                  personas preparadas que sirvan de guía para otras que se inician en determinada especiali-
                  dad. Igualmente, en todo este recorrido, las acepciones en el devenir histórico sobre la función
                  que desempeñan los tutores han sido variadas (monitor, mentor, consejero, etc.) y han estado
                  condicionadas por diferentes cambios que se han presentado a nivel social, cultural, científico,
                  filosófico y educativo.

                  A pesar de esta diversidad, sin embargo, los programas de tutoría se han consolidado sobre
                  la base de un principio capital: ofrecer a los estudiantes una serie de apoyos no solo académi-
                  cos, sino también humanos para que concluyan con éxito su formación profesional y personal.
                  De hecho, en el caso concreto de la acción tutorial en el nivel de posgrado, esta se ha centrado
                  en la formación de recursos humanos de alto nivel que produzcan conocimiento científico y
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