Page 58 - MANEJO DEL MIEDO JUVENIL: AFRONTAMIENTO ANTE LA VIOLENCIA E INEFICACIA SOCIAL
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Ruiz (2007b), cita algunos, refiriéndose al:
Poco cuidado hacia la ciudad y sus servicios, nulo o poco respeto por las
normas sociales, civismo y tolerancia, una baja identificación con la ciudad,
poca valoración y afecto por la misma, disminución de la participación en los
eventos y actividades que organiza la ciudad, la intolerancia en el respeto a
la diversidad social y cultural entre los habitantes, el descuido en la limpieza
y mantenimiento voluntario de los ciudadanos hacia el aseo de espacios
públicos; así como, el incumplimiento de las normas de peatones y tránsito,
relacionándolos a la presencia de altas tasas de miedo difuso (Ruiz, 2007b).
El programa Neighborhood Empowerment Team (NET), del Servicio Policial de Edmon-
ton, Estados Unidos, estudiado por Reisig y Parks (2004) mostró que:
La reducción en las estadísticas de los crímenes, no necesariamente reflejan
la percepción de los grupos de residentes, sobre el aumento en la seguridad
y el mejoramiento de la calidad de vida en el vecindario, la inseguridad y el
miedo pueden fragmentar a una comunidad mucho más que la frecuencia
y magnitud real de los delitos; además, cuando un vecindario es saludable,
puede ocurrir una reducción de las tasas de criminalidad, pero esto es solo MANEJO DE MIEDO JUVENIL: AFRONTAMIENTO ANTE LA VIOLENCIA E INEFICACIA SOCIAL
un efecto (Reisig y Parks, 2004).
El problema de inseguridad urbana y agregado de delitos es de amplio espectro y hasta
la fecha las políticas, se han concentrado en reducir la cantidad de incidencia de delitos
de manera coercitiva y punitiva en lugar de trabajar en la corrección de fondo del espa-
cio geopolítico, las carencias sociales y programas de atención y apoyo a las ideologías
y tendencias culturales que aquejan a las juventudes, sin verificar el daño cualitativo al
tejido social.
Esta tesis constata que las coordenadas nos dirigen más que a frenar la cantidad de
hechos, o que a la par de realizar estas diligencias, es requerido evaluar la calidad y par-
ticularidades concretas del daño en el tejido social en cada entidad donde se incubó la
violencia, pues se conoce que el ciclo de la violencia, por su carácter cíclico, es tendiente
a transformarse y seguir provocando daños a largo plazo.
En la detección de la profundidad de las raíces de ese daño aun latente que impide la
salud y calidad de vida en dichas poblaciones vulneradas por la violencia, de los jóvenes
ya vulnerados y que sobrevivieron a esta crisis.
Sarah Margarita Chávez Valdez // Leticia Ríos-Velasco Moreno